PREVENIR MEJOR QUE CURAR

Una de las cosas que recomiendan los expertos en el tema es no obsesionarse. El cambio de hora sabemos cuando se produce y por tanto, sabremos como prevenir sus efectos con tiempo. 

Un truco que funciona muy bien consiste en los días previos al cambio de hora, dormir una media de 15 minutos menos. Así tras cuatro días repitiendo esta práctica, tu cuerpo se habrá acostumbrado a dormir una hora menos. 

LUZ NATURAL

Una de las ventajas que conlleva este cambio de hora es la gran cantidad de horas de luz que podemos disfrutar por las tardes. Sentirás que los días son más largos y tendrás tiempo de hacer más cosas. Esto mejorará tu animo y tu estado de felicidad. 

En tu hogar podrás aprovechar las horas de luz para utilizarlo como despertador natural. Puedes crear un tragaluz o si no tienes la oportunidad, hazte con unas cortinas que permitan pasar la luz y crear ambientes mucho más cálidos y llenos de luz. 

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APROVECHA EL MOMENTO

Algunas tareas domésticas deben realizarse dos veces al año o cada seis meses. El cambio de hora es un momento perfecto para hacerlas. Podrás aprovechar para cambiar los filtros del aire acondicionado, cambiar la ropa de cama o darle la vuelta al colchón. Será un momento para pensar en cambiar de colchón y hacerte con uno que mejore tu descanso y tu postura. 

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ALIMENTACIÓN

Con la llegada del verano también cambian nuestro hábitos alimentarios y nos apetece comer cosas más fresquitas y menos elaboradas. Por ello, también es un buen momento para ordenar tu nevera y colocarla de cara a la próxima estación. 

Haz espacio a verduras y frutas, deja hueco para los polos y helados y los alimentos más frescos, etc. ¡Tu cuerpo y tu nevera te lo agradecerán!